EL AMAR Y EL AMOR

Paulina Urruchúa Castillo

“Amar es fundamentalmente dar, no recibir” -Erich Fromm

El amor es más que un sentimiento de atracción emocional y sexual hacia una persona. Realmente el amor es un acto de voluntad, que implica cuidar, respetar y conocer a una persona. Es un arte que lleva mucho tiempo desarrollar, se necesita de mucho esfuerzo y conocimiento, por lo que no es nada fácil llegar a este. Se experimenta de diferentes maneras y hacia distintos tipos de personas, sin embargo, esta vez decidí hablar del amor hacia la pareja.

Tenemos una creencia errónea de lo que es amar, amar es fundamentalmente dar, no recibir. Cuando decidimos amar a alguien estamos aceptando a esa persona tal y como es. El amor no es una relación mercantil en la estás dispuesto a dar solo a cambio de recibir algo, no obstante, cuando alguien da su alegría, su tiempo, su interés, su comprensión, su conocimiento, su humor, su tristeza, su felicidad, no puede dejar de recibir lo que se da en cambio. Simplemente a la otra persona le nace dar algo a cambio, y cuando esto deja de suceder, el amor se esta acabando. Dar implica hacer de la otra persona un dador, y como consecuencia de esto, ambas comparten la alegría de lo que han creado. El amor es un poder, un poder que produce más amor.

Otro aspecto importante es la forma en la que cada uno decide expresar su amor hacia alguien. Al estar en una relación esperamos que nuestra pareja haga ciertas cosas para hacernos sentir amados, nos enfocamos en lo que queremos y no en lo que a la otra persona le nace dar. Al amar a alguien queremos que esa persona crezca en la forma que le es propia y no para servirnos. “Si amo a la otra persona, me siento uno con ella, pero con ella tal cual es, no como yo necesito que sea, como un objeto para mi uso” (Fromm)

Un gran error de las creencias del amor es el pensar que el amor a los demás y el amor a uno mismo son excluyentes, cuando es todo lo contrario. El amor hacia el prójimo va de la mano con el amor a sí mismo, no podemos amar a alguien sin antes amarnos a nosotros. Al no amarnos a nosotros vamos en busca de alguien que ame eso que nosotros no podemos amar, la otra persona se convierte en un objeto para satisfacer esa necesidad de aceptación. Siempre se ha creído que el amarnos a nosotros es una actitud egoísta, cuando en realidad egoísta es aquel que sólo se interesa por sí misma, no siente placer en dar, solo en recibir. Las personas egoístas son incapaces de amar a los demás, pero tampoco pueden amarse a sí mismos. Hasta que no logres amarte a ti mismo, no podrás amar a alguien más. Meister Eckhart decía que “Si te amas a ti mismo, amas a todos los demás como a ti mismo”.

En conclusión, el amor es una mezcla de responsabilidad, cuidado, respeto y conocimiento que empieza en nosotros mismos. Este comienza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos para nuestros fines personales. Es un acto de voluntad en el que entregamos una parte de nosotros. Es un desafío constante, en el que hay que moverse, crecer y trabajar juntos, el hecho de que haya armonía o conflicto, alegría o tristeza, es secundario respecto al hecho de que dos personas se experimentan desde la esencia de su existencia, de que son uno con el otro al ser uno consigo mismo y no al huir de sí mismos. Amar es una experiencia personal que solo podemos tener por y para nosotros mismos. Es un arte que requiere disciplina, concentración, preocupación y paciencia. Es algo que no se puede forzar, simplemente surge. Se necesita superar el propio narcisismo para poder amar. Amar es poder comprometerse sin garantías, entregarse totalmente con la esperanza de producir amor en la persona amada, es un acto de fe. El amor es la única respuesta satisfactoria al problema de la existencia humana.

“Si amamos sin producir amor, es decir, si nuestro amor como tal no produce amor, si por medio de una expresión de vida como personas que amamos, no nos convertimos en personas amadas, entonces nuestro amor es impotente, es una desgracia” (Karl Marx)