Santiago Yurrita Volkers
Ensayo basado en “El Arte de Amar” de Erich Fromm.
El amor no lo definen igual todas las personas. No hay una definición correcta del amor porque es algo abstracto y subjetivo, sin embargo, Erich Fromm lo describe de una manera muy peculiar: llama al amor un arte. Un arte en el cual debes dominar la teoría para después ponerla en práctica. Para amar, tienes que aprender a hacerlo. Esta es una descripción de la acción de amar, pero no le da un significado definitivo al amor.
El amor es algo completamente ambiguo; algunas personas creen que el amor es cuestión de suerte, otros piensan que es una experiencia meramente placentera, otros consideran que el amor es un negocio, pero otros, como Fromm, creen que el amor verdaderamente es un arte. Se podría decir que es el arte más complejo y el que requiere de mayor tiempo y dedicación.
La gente está acostumbrada a pensar que el amor es un premio. Que es el premio mayor. Esto es porque lo relacionan fácilmente con los negocios; es decir, no hay amor hasta que consigas al “mayor objeto del mercado”, al más atractivo o atractiva, al más popular o a la más popular, a la persona que tiene un mayor sex appeal.
Una persona con un índice alto de “sex appeal”, traducido como atracción sexual, es propenso a la admiración, pero no al amor. Esto es porque el sex appeal se deriva en la atracción por la popularidad de la persona, por un cierto anhelo de éxito, quizá dinero, poder y prestigio, dejando de lado al verdadero amor. Los estereotipos que la sociedad coloca son la causante de este fenómeno. Esta incapacidad de amar se debe a la separación que existe entre humanos, a la deshumanización de la que tanto hablo.
Por otra parte, el amor entre padres e hijos es algo totalmente distinto. El principal argumento de Fromm ante este fenómeno es que la madre ama a su hijo solamente por existir y por ser su hijo, por lo tanto, el hijo no tiene que hacer nada para ser querido. En cambio, el amor del padre tiene un aspecto completamente diferente; el padre, en lugar de amar incondicionalmente, se dedica a enseñarle al hijo a pensar, le enseña todo lo que el hombre ha hecho y le enseña disciplina. “Te amo porque llenas mis aspiraciones, porque cumples con tu deber, porque eres como yo”. El amor del padre se gana, pero también se puede perder.
Fromm dice que, si la mamá del niño es muy amorosa e indulgente y el padre es débil e indiferente, el niño va a tener un mayor apego a la madre y dependerá de ella y que carecerá de la habilidad de dominar la vida por sí mismo ya que el padre es débil. En cambio, si la madre es fría, indiferente y dominadora sus “labores maternales” van a ser transferidos al padre, pero el padre no puede amar incondicionalmente al hijo, por lo tanto, va a convertirse en una persona intolerante e incapaz de recibir amor.
Este es un pensamiento muy conservador y producto de los estereotipos de la sociedad; este libro fue escrito en el siglo pasado por un autor nacido en una familia judía que vivió los estragos de la Primera y Segunda Guerra Mundial y desarrolló sus pensamientos en plena Guerra Fría. No quiere decir que sea una situación que no ocurra, simplemente, es un pensamiento generalizado.
Este es un libro completamente relacionado con la psicología y la sociología, sobre todo el capítulo del que se habló anteriormente. Habla de fenómenos psicológicos que pueden o no ser ciertos y también habla de una enfermedad mental en particular: la neurosis. La neurosis es mencionada al final de la segunda parte del segundo capítulo y se menciona como un efecto en el desarrollo de un niño como resultado del apego excesivo a uno de los padres.
El pensamiento que expresa el autor en este capítulo es un pensamiento muy generalizado y que condena a todos los niños que carecen de alguna de las dos figuras (padre o madre) o familias homoparentales, a tener un desarrollo neurótico y se podría decir que es un pensamiento basado en experiencias personales o estereotipadas ya que, al final de ese episodio, el autor expresa que si el hijo tiene más apego al padre, entonces va a desarrollar una actitud obsesiva, pero si el niño tiene más apego hacia la madre, desarrollará un grado de histeria, quizá alcoholismo u otras adicciones, incapacidad de autoafirmarse, incapacidad de enfrentar la realidad y depresión.
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