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¡ES UN CHISTE!, ¡ES HUMOR!; DISFRACES DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

  • Foto del escritor: YURI
    YURI
  • 4 sept 2020
  • 4 Min. de lectura

Gabriela Corral Hernández

Durante muchos años no porté un paliacate morado y fui cómplice y partícipe de bromas machistas normalizadas en el colegio, listas escritas de las “más buenas” del salón, critiqué a compañeras, me critiqué a mí misma, me limité y reprimí el sentimiento de libertad de otras mujeres por mi opinión desde el trono de “juez”, busqué la aprobación masculina hablando del cuerpo y vida de las demás, fomenté violencia de género contra la mujer y no enfrenté al macho que con mucho orgullo compartía “el pack” de alguna compañera o conocida…

A principios de 2017 comencé a practicar Pole Dance y en el momento en el que lxs demás se enteraron de que lo practicaba una serie de comentarios como: “puta”, “zorra”, “prostituta”, “fácil”, se volvían parte de mi vida diaria. Porque, ¿cómo voy a estar bailando eso?, eso es de putas, ¿no? ¿por qué trae tan poca ropa?, ¡todxs la ven!, ¿qué no le importa?, etc.

Y fue a partir de ese momento en el cual mi deconstrucción comenzó, pero ¿a qué nos referimos con deconstrucción? Hace alusión a demoler y evidenciar contradicciones de un discurso desde un análisis intelectual, en otras palabras, hacer una reflexión profunda sobre fallas y ambigüedades y revisar detenidamente si nuestro actuar y pensar van con el proceso de evolución que se va dando en la sociedad a nivel cultural.

Pasaba el tiempo y estas situaciones iban subiendo de nivel, hombres mandándome fotos de sus genitales sin mi consentimiento, preguntándome que cuándo les haría un “bailecito” y lo que más coraje me daba es que en múltiples ocasiones cuando enfrentaba a estas personas sus respuestas solían ser: “es una broma”, “no aguantas nada”, “estoy jugando”, entre otros comentarios con la intención de justificarse.

Y es que este tipo de justificaciones suelen estar acompañadas de una ideología vaga porque “una broma no se compara a una violación, o un asesinato, o un golpe, etc.”

Al ir experimentando todas estas situaciones en las cuales fui criticada, humillada, desvalorizada ante los demás, sexualizada, chantajeada, intimidada y descalificada, tenía las opciones de renunciar y dejar de practicar Pole Dance y seguir fomentando conductas violentas normalizadas al quedarme callada, o enfrentarme a mí misma, volverme segura, alzar la voz y enfrentar el problema.

Entonces me di cuenta de que conductas “inferiores” pero que aun así entran en la categoría de violencia, siguen siendo normalizadas, así que, quiero hablarte un poco sobre el “violentómetro”, la UPGPG (Unidad Politécnica de Gestión con Perspectiva de Género) diseñó una regla que nombraron “violentómetro” con el objetivo de visibilizar las diferentes manifestaciones de la violencia dividida en tres niveles que pueden ser experimentadas de manera intercalada o consecutiva.

Ahora bien, quiero que observes la imagen en la parte inferior izquierda y que leas el semáforo verde.

Justamente las conductas de VIOLENCIA como: bromas hirientes, chantajes, culpabilizar, descalificar, ridiculizar y ofender son las que más normalizadas tenemos en nuestra sociedad, y es que no, no tenemos que ir subiendo de nivel para alzar la voz, reaccionar y enfrentar. De otro modo lo único que estaríamos haciendo es dejar que estas conductas que están normalizadas sigan subiendo de nivel.

Ahora que te expuse el violentómetro, te pregunto: ¿fuiste cómplice o participaste en una de esas listas de mejores atributos de tus compañeras en el colegio?, ¿te acuerdas de aquella vez en la que viste como uno de tus compañeros exponía “el pack” de aquella mujer que tuvo la confianza de mandarle esas fotos y te parecía divertido?, o peor aún ¿fuiste tú quien divulgó esas fotos íntimas?, ¿cuántas veces fuiste a decirle a todos tus amigxs cómo te acostaste con esa mujer en aquella fiesta y la exhibiste como si fuera objeto?, ¿cuántas veces criticaste a una mujer por cómo vivía su vida sexual?, ¿alguna vez alguno de tus compañeros le tomó fotos a esa mujer sin su consentimiento?

Nosotras no estábamos jugando, no estábamos bromeando, no lo tomamos como un chiste, y mucho menos estamos exagerando…

No tener esas conductas, pero quedarte callado cuando tu amigo, compañero o conocido actúa violentamente, aun siendo en conductas “menores” del semáforo verde del “violentómetro”, te vuelve cómplice y por ende sigues fomentando la violencia y NO pueden seguir siendo justificadas con bromas o chistes.

El secretario de seguridad, Alfonso Durazo, informó que en el primer semestre del 2020 se reportaron 309 mujeres asesinadas por razón de género en México, en promedio 10.3 crímenes por día.

¿De verdad necesitas ver el extremo para poder concientizar estas conductas violentas machistas?, ¿De verdad es necesario darte estos datos para que esas conductas que se escudan por medio de “bromas” y “chistes” dejen de normalizarse?

NO son bromas ni chistes, y mucho menos son graciosas, y tienen consecuencias, porque mañana puede ser tu novia, tu hermana, tu hija, tu mamá…

Alza la voz, abre los ojos, concientízate, no seas cómplice, y deconstrúyete.


Bibliografía

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