Ricardo Ochoa Hernández
Sí, los fósiles seguirán siendo la política del gobierno mexicano. Y con el sustantivo “fósiles” no me refiero a los políticos de nuestro país, que no es novedad que los nombren así. Los combustibles fósiles en el sexenio de López Obrador serán los actores principales de la política gubernamental en materia energética. Muchas organizaciones están preocupadas por el futuro de México, inclusive la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las propuestas del sexenio lopezobradorista están deteniendo el uso y la generación de energías más limpias y renovables. Además, los proyectos apresurarán el cambio climático. México está comprometido a generar el 35% de su electricidad con fuentes renovables, pero ese objetivo no se alcanzará ya que se priorizan los combustibles fósiles. Por otro lado, no se ejecutará la promesa de llegar en 2050 a cero emisiones. Nuestro país quedó de invertir dos mil millones de dólares más en energías limpias para cumplir con el Programa de la ONU en la materia de Medio Ambiente y generar electricidad con esta mezcla es menos barato que con una energía limpia.
En conclusión, sí tendremos fósiles en el gobierno como en los sexenios anteriores. El jefe del Poder Ejecutivo mencionó que el uso de energías como la eólica afectan al paisaje natural, pero yo le respondería con una de las elocuentes frases de Nicolás Rodríguez: “Todas las personas deberíamos de luchar a favor del medio ambiente, si no qué lucha tendrá frutos. No habrá porqué pelear si no hay un lugar donde poder vivir”.
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