top of page

MÁS RELIGIÓN, MENOS INSTITUCIÓN

  • Foto del escritor: YURI
    YURI
  • 26 jun 2020
  • 1 Min. de lectura

Nicolás Rodríguez Esquivel

Mucho critican a las religiones por, hoy en día, impartir la discordia y dividir a la sociedad humana, que detienen el progreso e impiden la libertad social; no obstante, es inevitable aclarar que la fe, independientemente de la que hablaremos, ha servido para unificar naciones y pueblos en los siglos pasados; de hecho, es, junto con el dinero, que las pocas fuerzas sociales que han logrados esas hazañas. Pero el humano corrompe y se deja corromper... y las religiones no son la excepción: en busca de un poder de autoridad que las personas obedezcan y sigan ciegamente, aquellos que desde los inicios de la civilización han ocupado las cúpulas más altas de los gobiernos han usado la fe como instrumento para controlar a las masas; las religiones dejaron su pureza atrás para dar paso a la politiquería y el estatus; la capacidad de creer en algo pasó a ser propiedad de instituciones macabras quienes decretan y rigen por creer recibir poderes divinos.

La religión, en su estado más puro, revela el sentido espiritual del humano, ese sentido que nos diferencia del resto de animales; la fe es capaz de mover civilizaciones enteras, teniendo como primer ejemplo a Jesús, porque, aunque uno crea o no en su divinidad, es innegable que ese hombre marcó un hito, no solo en la sociedad occidental, sino en todo el mundo.


La Fe es benigna si se sabe usar, pero si realmente queremos que esta sea compatible con el progreso y la libertad, todos aquellos que creemos en algo debemos exigir, no solo a las figuras de autoridad, sino a nosotros mismos, menos institución y más religión.

Entradas recientes

Ver todo

Commentaires


bottom of page