Santiago Yurrita Volkers
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La superstición es una creencia sin fundamento que consiste en atribuir un carácter sobrenatural a determinados sucesos; parece que estoy definiendo a la religión. La astrología, la homeopatía y medicina alternativa, la brujería, el reiki, tarot, lectura de manos, piedras de energía, terapia de imanes y cuencos son algunas de las prácticas y estudios en los que la gente gasta su tiempo para darle una explicación a sus comportamientos. La mayoría de estas prácticas que mencioné son utilizadas como terapias “psicológicas” y, generalmente, tienen un precio mucho más caro que una terapia formal y funcional impartida por una persona licenciada y especializada en dar terapias psicológicas o físicas.
Es un enredo de mentiras en el que cae la gente más propensa a la manipulación y la superstición. Incluso hay personas que creen que la astrología es una ciencia o que la homeopatía es una especialidad de la medicina general. Permítanme decirles que no, no lo son. La astrología, por más que signifique “estudio de las estrellas”, no es una ciencia. No tiene el método científico aprobado por la sociedad científica, no tiene una justificación razonable, no existe la carrera de astrología en la UNAM porque no es algo que vale la pena estudiar, no es lo mismo que la astronomía. La homeopatía y la medicina alternativa no son ciencias como lo es la medicina general. Las supuestas energías que viajan en nuestro entorno como si fuesen fantasmas también son un invento del instinto que expliqué anteriormente. Estas supersticiones llegan hasta el punto de inventar seres sobrenaturales o “mágicos” para explicar porqué la gente pierde cosas, por ejemplo.
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