VIOLENCIA COLECTIVA: REPERCUSIONES EN LA NUEVA NORMALIDAD
- YURI
- 4 sept 2020
- 6 Min. de lectura
Pamela Gutiérrez Manzo

Para establecer un marco de referencia, quiero compartir con ustedes una definición encontrada en la red, sobre lo que es la violencia colectiva: se define como el ‘uso instrumental de la violencia por gente que se identifica a sí misma como miembros de un grupo, ya sea transitorio o de larga duración, contra otro grupo o conjunto de individuos, con el fin de conseguir determinados objetivos políticos, sociales o económicos’.
La violencia colectiva podría llegar a considerarse como un problema de salud pública, al igual que el COVID-19, que no terminamos de pasar y que por momentos parece que va en franca eliminación, por los logros alcanzados en otros países, sin embargo, cuando revisamos nuestros números, resultados y situación actual, volvemos a pensar que no hay fecha definida aun para salir de ella.
Es así como surge la pregunta sobre si es posible identificar y medir en términos que nos den una idea real, como estamos en este sentido y si es solo un sentir o algo real, refiriéndonos a la violencia colectiva en nuestros días, ya sea con crisis socioeconómica, Pandemia y porque no decirlo, lo que el gobierno actual define como la 4T. De manera inicial, tal vez deberíamos tener en cuenta algunas variables como el aspecto físico, emocional y la influencia que se recibe de forma externa de redes sociales, entorno familiar, noticieros, periódicos y otros medios, que finalmente inciden en nuestra salud mental y eventualmente en la tolerancia, o desde el otro lado del espectro, violencia de distintas formas y de diferentes grupos (género, homicidios, robos, agresiones verbales, golpes, etc.)
Por supuesto que el tiempo es otra variable importante y determinante, ya que el momento que se vive y la forma en que la información se recibe, establecen el contexto de como será interpretada y como a toda acción corresponde una reacción, se podrá estimar cual podría ser la reacción, que en un inicio puede ser enojo individual, luego convertirse en frustración y avanzar entre cercanos, miembros de la sociedad, quienes al estar en contacto directo con nosotros, suelen compartir ideología, valores y principios, de manera que se empieza a propagar un sentimiento que en cuestión de tiempo, buscará salida, como una olla de presión para no estallar sin que pueda reconocerse lo que era antes.
Por otra parte, podemos inferir que la violencia colectiva implica la existencia de víctimas directas e indirectas, que también formarán parte de los resultados globales de la violencia, es decir, no solo el acto violento como tal, ya que forman parte del entorno social y es justamente donde se podrán encontrar, mediante análisis posterior, los motivos, los efectos y resultados, con las secuelas que esto implica.
Nos encontramos embebidos en una red que hoy día es necesaria para la subsistencia, conocida como sociedad, donde las células que la componen van desde individuos, familias, servicios, trabajo, infraestructura y en general, el medio ambiente donde vivimos, con todo lo que entra y sale, por lo que recordar un viejo refrán que dice ‘mente sana en cuerpo sano y cuerpo sano en ente sana’, se convierte en sabiduría popular con letras de oro, debido a que actualmente hay un desbalance claro en este binomio fundamental, nuestra actividad física se ha visto disminuida de forma dramática y tenemos acceso a cualquier tipo de información, sin que recibamos tutoría sobre ésta o se condicione al estado del individuo, edad, madurez, etc., por lo que dependemos completamente de como reaccione quien la recibe.
Entonces, si ponemos y establecemos a la población de la CDMX como marco de referencia, que es el lugar donde he vivido toda mi vida, y sin pretender hacer un análisis exhaustivo o valerme de alguna metodología para determinar la exactitud de una evaluación conductiva o emitir opinión como si fuera una encuesta, hago un planteamiento sobre lo que se puede ver, sentir y escuchar. La gente está dividida, o apoyas a la 4T o estás en contra de ella, en primera instancia hay ceguera sobre otros factores, que ya no marcan diferencia entre la gente y motivan su actuar para superarse a sí mismos, como es el tener preparación escolar, ocuparse en algo (tener un trabajo), contar con cierta tranquilidad social y económica, porque pareciera que hay un grupo diseminado de personas a quienes no les importa nada actuar conforme al momento sin medir consecuencias, albergando la esperanza de que el gobierno proveerá y que la fuerza pública es parte de ese grupo, por lo que se asegura impunidad.
Triste, pero si no es del todo cierto, puedo asegurar, que sí es lo que se percibe, por lo que nadie podría decir que no es verdad; A consecuencia de los errores cometidos por el gobierno en prácticamente todos los rubros, sumados a la Pandemia del COVID-19, nos tienen en la más profunda crisis de los últimos años, en donde no podemos tener paz mental y emocional para fincar planes a futuro, refiriéndome a los siguientes 3-5 años, porque la violencia puede cambiar la situación personal cualquier día y no es que no haya sido así antes, pero en estos tiempos se ha multiplicado enormemente.
De esta manera, todo parece indicar que existe una relación muy estrecha entre la violencia colectiva, la salud mental y la Pandemia ocasionada por el COVID-19, la falta de certeza provoca la desesperanza y la orilla a la toma de decisiones como si no hubiera un mañana, la suma de violencia individual, como el caso del ladrón que fue golpeado en un transporte público, por mencionar uno de los mas difundidos en redes, reflejan como un colectivo se ha hecho más grande ante la falta de oportunidades, que en tanto no se estabilice un nuevo esquema de normalidad, poco disminuirá, debemos mantenernos en alerta, cuidarnos y procurar la tolerancia, evitando confrontaciones y contribuir a que esta nueva realidad que hoy estamos viviendo, sea asimilada por todos, niños, jóvenes y adultos, para que todos encontremos la forma de adaptarnos y seguir adelante con nuestras vidas, porque es un hecho que todos podemos preferir un estado de paz y certeza para vivir un día más a plenitud, sin miedo y dispuestos a compartir.
Ahora no es quien la hizo, sino, quien la pagará y los noticieros lo reportan casi a diario, la gente haciendo justicia por propia mano, porque como se mencionó antes, pareciera que la fuerza pública, en todos sus niveles, comprendiera las razones que motivan esta violencia colectiva, no lo justifican pero son incapaces de hacer algo al respecto, siguen esperando que el gobierno ponga un alto y diga que todos vamos a estar bien, no solo de palabra, pero dando las herramientas para que nos alleguemos de esos benefactores que cada uno necesita y con los que se siente bien, porque no es lo mismo lo que necesita un joven, un adulto o la familia en su conjunto, cosa que pareciera que también es un error de percepción de parte del gobierno, asumiendo que dándoles dinero a todos, se resolverán sus problemas, independientemente de la cantidad.
Eventualmente se pueden observar los actos vandálicos cuando se reúnen estos individuos, y lamentablemente no es algo que solo pase en nuestro país, sino que podemos tomar como ejemplo la situación que se suscitó tras el caso de George Floyd, en Minneapolis, USA, donde atrozmente un policía se arrodillo sobre su cuello, causándole la muerte por asfixia; lo cual trajo como consecuencia diversas marchas, disturbios y nuevamente, podemos ver la impotencia en la gente al ver que de igual manera que en nuestro país, el gobierno no toma acción inmediata y existe un abuso de autoridad, causando así violencia de tipo colectiva.
De alguna u otra forma, ya estamos en la ‘nueva normalidad’, trabajando, estudiando y viviendo cada día desde el interior de nuestras casas, con todo lo que esto implica, la violencia colectiva en tiempos de pandemia, también está haciendo home office, o trabajo a distancia, pues aunque algunos individuos no estén reunidos causando violencia físicamente, no dejan de ser noticia las Ladies y los Lords, como un claro ejemplo del empoderamiento que suelen demostrar quienes se convierten en personas violentas como parte de un grupo que actúa como si estuviese acompañado o que si mediante sus actos quisiera hacer valer la voz de muchos, afortunadamente en algunos casos, por ejemplo, lo que pasó con Lady tres pesos, quien salió a pedir disculpas públicas por sus actos reprobables, los cuales solo demuestran este lado oscuro de la violencia colectiva, pues pareciese que dieran pie a que más gente actúe de la misma forma; retomando un poco la violencia de género y las actitudes machistas con tintes de querer controlar a la pareja, tenemos el caso del Senador de Nuevo León, Samuel García, quien se hizo viral tras decirle a su pareja durante un en vivo en una red social que ‘estas enseñando mucha pierna’, algunos lo calificarán como una gracia, sin embargo, solo da pie a que más gente tome su posición, finalmente al igual que Lady tres pesos, este hombre salió a pedir disculpas públicas.
Quisiera que estas palabras contribuyan a establecer un antes y un después respecto de la violencia colectiva y permita tomar un minuto o dos, para reconsiderar lo que estamos haciendo en lo personal y sigamos delante de forma positiva tratando de recuperar el balance que una mente sana influye positivamente en un cuerpo sano, libre de violencia, aún a pesar del COVID-19 y la Pandemia que seguimos viviendo.
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