Nidia Sossa Duarte
Colombia es un país rico en costumbres y tradiciones, por ejemplo, los carnavales. Entre los más reconocidos está el carnaval de Barranquilla que es un mes de baile, música, parranda, desfiles por las calles disfrazados de marimonda. La MARIMONDA es una máscara multicolor que se colocan las personas. También está el carnaval de blancos y negros donde la gente se pinta la cara de blanco y negro y hay música, desfiles, comparsas. También el 8 de Diciembre celebramos el día de las velitas. Por honor a la virgen todos salimos a las calles y balcones y colocamos en la noche del 7 velitas, faroles, se comparte en familia, se come natilla, buñuelos y se escuchan villancicos. Y de esta última tradición, que es de las que más me gusta y disfruto en familia, les compartiré.
Encender las velas en la noche del siete de diciembre es una tradición que ha pasado de generación en generación, pero muy pocos saben por qué se prenden estas luces y qué representan.
Según la tradición, el festejo gira en torno a la víspera de la conmemoración del día de la Virgen Inmaculada, que es el ocho de diciembre. Es por esto que se reconoce como una gran virtud de la Virgen, su pureza y que concibiera al hijo de Dios sin pecado, por eso el nombre: Inmaculada Concepción.
La tradición nació hace siglos, en el año 854, cuando el Papa de ese entonces, Pio IX abrió en la iglesia católica el debate frente al dogma de considerar a María como Inmaculada, en respuesta, los feligreses hicieron un recorrido la noche anterior, con velas, esto como acto simbólico que sí aceptaban que la concepción de María se dio tal como lo dice la Biblia.
Colombia es uno de los pocos países, junto a Ecuador y Venezuela, que sin falta celebra el tradicional día de las velitas.
Actualmente, muchas familias, incluyendo la mía, y con motivo de seguir festejando y pasando esta hermosa tradición, pedimos deseos a la virgen a través de las velas encendidas, además es una actividad que genera la unidad y hermandad; tanto familiar, como comunitaria.
Se espera que los villavicenses (en todo el mundo, mi familia y yo desde México, país que ahora nos acoge) celebremos esta fecha en tranquilidad desde las trincheras de nuestras casas, deseando por la salud de la humanidad debido a los múltiples contagios por el COVID-19.
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